---------- Mensaje reenviado ----------
De: Jorge Alberto Melchiori <jorgealberto.melchiori@yahoo.com.ar>
Fecha: 27 de febrero de 2009 14:44
Asunto: (elnomadeweb:132) Rv: amigos_incomparables//.. Bulones...
Para: Eduardo Santiago Manzanelli <manzanellieduardosantiago@yahoo.com.ar>
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De: Jorge Alberto Melchiori <jorgealberto.melchiori@yahoo.com.ar>
Fecha: 27 de febrero de 2009 14:44
Asunto: (elnomadeweb:132) Rv: amigos_incomparables//.. Bulones...
Para: Eduardo Santiago Manzanelli <manzanellieduardosantiago@yahoo.com.ar>
Se resuelve el misterio Los bulones habrían sido claves en el rápido naufragio del Titanic |
Su mala calidad aceleró el hundimiento |
NUEVA YORK.- Un equipo de científicos descubrió que el constructor del Titanic había luchado durante años para obtener bulones suficientemente resistentes, pero terminó por aceptar materiales fallados que precipitaron el hundimiento del barco hace 96 años. Los archivos del constructor del Titanic, confirmaron dos investigadores, reúnen evidencias de una combinación mortal de bulones de baja calidad y ambición desmedida durante la construcción simultánea de los tres barcos más grandes del mundo, el Titanic, el Olympic y el Britannic. Durante una década los científicos han señalado que el barco de varios pisos se había hundido demasiado rápido tras chocar contra un iceberg porque el fabricante había utilizado bulones de baja calidad, que habían perdido la cabeza y permitido que toneladas de agua helada inundaran su interior. Esto provocó la muerte de más de 1500 personas. Cuando hace 10 años se cuestionó por primera vez la seguridad de los bulones, el fabricante desestimó la acusación y dijo que no tenía una persona a cargo del archivo que pudiera ocuparse del asunto. Ahora, un equipo de historiadores halló nueva evidencia en el archivo del fabricante Harland & Wolff, en Belfast, Irlanda del Norte, que confirma la acusación y resuelve el misterio de uno de los hundimientos más famosos de toda la historia. La empresa sostiene que los resultados están sesgados. Cada uno de los tres grandes barcos en construcción necesitaba tres millones de bulones, que funcionaban como pegamento para mantener toda la estructura unida. En un nuevo libro, los investigadores afirman que durante la construcción del Titanic la falta de bulones en el mercado alcanzó su pico máximo. "El directorio de la empresa constructora estaba en crisis -relató uno de los autores del libro, Jennifer Hooper McCarty, que analizó los archivos-. Había un estrés constante. En cada reunión se repetía: «Hay problemas con los bulones y necesitamos contratar más personal»." Además de los archivos, el equipo reunió indicios de 48 bulones recuperados de los restos del Titanic y utilizó pruebas modernas y simulaciones por computadora. Compararon también el metal utilizado para construir el Titanic con otros metales de la misma época, y revisaron documentación de lo que ingenieros y fabricantes de barcos de ese momento consideraban de última generación. Los investigadores aseguran que los problemas comenzaron cuando los ambiciosos planes comerciales de Harland & Wolff superaron la oferta de los proveedores de hierro para bulones y utilizaron forjadores más pequeños, como lo demuestran los documentos de la empresa y del gobierno británico. Los forjadores pequeños tendían a tener menos habilidad y experiencia en el trabajo. Además, los historiadores hallaron que, al comprar los bulones para el Titanic, la empresa solicitó la barra N° 3, conocida como "mejor", en lugar de la N° 4, conocida como "mejor-mejor". En cambio, los investigadores descubrieron que los constructores de barcos de entonces utilizaban habitualmente hierro N° 4 para fabricar las anclas, las cadenas y los bulones. De modo que el entonces gigantesco barco de pasajeros, cuyo nombre era sinónimo de opulencia, se construyó con materiales más económicos. Varios de los bulones analizados -recuperados en las últimas dos décadas del lecho del Titanic, a dos millas de profundidad en el Atlántico Norte - estaban llenos de escoria. Este subproducto de la fundición puede debilitar el material. "Algunos de los materiales que compró el constructor no eran de buena calidad", dijo el coautor del libro, Timothy Foecke, del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, con sede en Gaithersburg, EE.UU. La empresa debió enfrentar también la falta de remachadores experimentados. El doctor McCarty aseguró que durante medio año, desde fines de 1911 hasta abril de 1912, cuando zarpó el Titanic, el directorio analizó el problema en todas las reuniones. Por ejemplo, el 28 de octubre de 1911, lord William Pirrie, presidente de la empresa, expresó su preocupación por la falta de remachadores y ordenó continuar la búsqueda. Los investigadores, que se especializan en el estudio de la metalurgia, hallaron que para colocar bien los bulones se necesitaba una gran habilidad. El hierro debía calentarse hasta lograr un tono muy preciso de rojo y trabajarse con la adecuada combinación de golpes de martillo. Un trabajo de mala calidad podría causar problemas. "El remachado manual era una actividad muy tramposa", dijo McCarty, cuya tesis doctoral en la Universidad Johns Hopkins analizó los bulones del Titanic. El acero surgía como una solución y los fabricantes de la época reemplazaban los bulones de hierro por los de acero, que eran más resistentes y podían colocarse con máquinas. Los científicos hallaron que Harland & Wolff también había utilizado bulones de acero, pero sólo en la parte central del casco del Titanic, donde se esperaba un mayor estrés del material. La empresa reservó los bulones de hierro para la popa y la proa, donde el destino hizo que el barco chocara contra el iceberg. Por William J. Broad De The New York Times |
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